Por Helson Hernández
Tomado de Havana Times
HAVANA TIMES — Nelda Castillo es la
directora de una de las agrupaciones importantes en la escena de la isla, “El
Ciervo Encantado”, con una estética única y definida. En su entrevista con HT
comentó: “El teatro en Cuba está hoy en un momento muy interesante”.
HT: ¿Haciendo teatro desde…?
NC: Mi experiencia profesional comenzó
en 1981, como corista y comediante en el Teatro Musical de La Habana. Al
graduarme del Instituto Superior de Arte (ISA) continué mi carrera fundando
junto a Flora Lawten el grupo Buendía, donde permanecí hasta 1996, cuando creo
mi propio grupo El Ciervo Encantado. O sea que llevo haciendo teatro 35 años.
HT: ¿Si hurgamos en los orígenes de su formación?
NC: Comencé a estudiar actuación en el
ISA, en el segundo año de su apertura. Fui separada del Instituto injustamente
por dos años y regresé como alumna de Flora Lawten, quien fue mi maestra y mi
directora, con quien descubrí el sentido que yo necesitaba del teatro. Debo
mencionar además especialmente a mi maestra de canto lirico Margarita
Horruitinier, que me trasmitió las bases esenciales del espíritu del verdadero
artista y una técnica vocal determinante en mi posterior investigación del
entrenamiento actoral. También fue de particular importancia en mi formación el
magisterio de la importante pedagoga e investigadora Raquel Carrió.
HT: ¿Qué inquietud le produjo gestar el hoy El Ciervo
Encantado?
NC: Como directora artística dentro
del Buendía fui investigando un entrenamiento muy particular que dio como
resultado dos obras, Un Elefante Ocupa Mucho Espacio y Las Ruinas Circulares, donde
se mostraba un lenguaje ya muy distinto al hacer del Buendía. A partir de ese
crecimiento, y estando yo paralelamente trabajando como profesora de actuación
en el ISA, sentí la necesidad de crear mi grupo, para dar continuidad a mi
propia voz. Y así decido fundar El Ciervo… con los estudiantes que gradué, en
1996.
HT: ¿Sobre esa estética de la que hablamos en la
proyección de su agrupación?
NC: Creo que mi obra hoy se ubica en
una frontera borrosa donde convergen de manera orgánica lo ritual-teatral, el
performance, el happening, la intervención pública, en fin algo que por el
momento he nombrado performances en escena, donde el eje fundamental es el
trabajo desde la exploración de la memoria viva inscrita en el cuerpo de los
actores. Y esa memoria, que no es recuerdo sino presente, se expresa
formalmente a través de un lenguaje particular que se singulariza en
dependencia de los temas, textos o pretextos que me interesen como punto de
partida en cada investigación. Me interesa la exploración de un espacio-tiempo,
donde tanto creadores como espectadores sean parte de una acción real que en
mayor o menor medida debe movernos la vida, provocando a la reflexión y a la
acción desde lo sensorial, y trascendiendo y poniendo en crisis lo racional
“conocido”. Con la creación de mi propio grupo, he podido profundizar y
enriquecer esa investigación de la memoria de nuestra cultura a la que hacía
referencia antes, lo cual es tremendamente emocionante porque es algo en
perpetuo cambio, algo que no se puede apresar, como el ciervo encantado del
cuento de Esteban Borrero, del cual toma nombre el grupo.
HT: ¿El Ciervo Encantado y su tiempo?
NC: Nuestra obra tiene sentido por el
dialogo que establece con una realidad específica, la de Cuba y su devenir, con
interés y compromiso permanente desde el arte, con nuestro contexto cultural,
histórico, humano, artístico y político. Y gracias a ese interés en lo
particular nuestra obra también se comunica con otras realidades. Y para mi ese
compromiso es vital, no me basta con que un actor este bien entrenado
técnicamente, me es indispensable que ese actor sepa y sienta al mismo nivel
que yo, el sentido de la investigación, y se comprometa sensiblemente con ello.
He tenido experiencia con actores que han logrado un nivel bastante depurado de
entrenamiento, pero que se han desconectado de dicho compromiso, y eso no me
sirve, pues se convierte en una técnica vacía, sin propósito alguno. Así mismo
he trabajado con actores, estudiantes o colaboradores de otras manifestaciones,
que han recibido un entrenamiento básico, con una fuerte conexión de sentido, y
he logrado resultados excelentes.
HT: ¿Pájaros de la Playa en su repertorio?
NC: Pájaros… fue un trabajo muy
importante porque nos colocó ante preguntas fundamentales de la existencia
humana. Aparentemente la novela de Severo Sarduy trata el tema de la muerte a
partir de su propia experiencia como enfermo terminal de SIDA, pero en realidad
ese texto, que sirvió como pretexto fundamental para la puesta, es una intensa
reflexión sobre la vida y su sentido.
HT: ¿Los aires actuales que corren para el teatro
cubano que se hace en la isla?
NC: Creo que el teatro en Cuba está
hoy en un momento muy interesante en el que confluyen la obra de directores,
que desde lenguajes diversos, han logrado sus propias voces, y el nacimiento de
nuevas experiencias con gente muy joven que tantea desde la dramaturgia, la
dirección y la crítica, otras formas de producción. Teniendo en cuenta nuestra
corta tradición teatral, creo que existe un panorama sugerente, con propuestas
consolidadas y otras en insinuante construcción.
HT: ¿Cómo llegar a EL Ciervo Encantado?
NC: Existimos en el vedado habanero
con nuestra propia sede, en la céntrica calle línea. Y como explico a todos mis
alumnos, actores y colaboradores, El Ciervo Encantado no te ofrece seguridad,
dinero, ni fama, solo mucho trabajo y el placer en realizarlo. O sea que a El Ciervo se llega y en El Ciervo se está
mientras lo más importante sea el gusto en lo principal, la pasión por el
trabajo.
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