lunes, 14 de diciembre de 2015

Triunfadela



Por Habey Hechavarría Prado

Un performance plástico en escena, una representación de naturaleza posdramática, la lúcida escenificación de un previo y pertinente trabajo investigativo. Todo lo anterior y más define a Triunfadela, puesta en escena con la cual el grupo habanero El Ciervo Encantado conquistó por un día el Downtown de Miami. Después de su estreno en marzo y de varias presentaciones a lo largo del año, incluyendo las de New York donde obtuvo el Premio HOLA por la excelencia teatral, la función extraordinaria ocurrió el pasado jueves durante el evento CUBAAHORA, organizado por el Centro Cultural Español.

Allí se reunió una nutrida y entusiasta afluencia de espectadores para quienes los presupuestos del happening y las múltiples referencias cubanas del espectáculo no parecían extraños. La actriz premiada y el público que le aplaudió hasta el cansancio lograron una relajada complicidad e interacción performativa hasta convertirse en co-creadores de un espectáculo que no es la representación de un texto dramático sino una obra limítrofe entre las artes visuales y el teatro, un espacio de relaciones socioculturales. Por eso, lo siguiente ronda la percepción de un público visiblemente internacional ante una pieza provocadora en este entorno hispanoestadounidense del sureste urbano de la Florida.

Triunfadela, con la firma indiscutible de su directora Nelda Castillo, concentra un cúmulo de preocupaciones que van desde tópicos específicos de la cotidianidad en Cuba hasta problemáticas generales como la eficacia de ciertas construcciones ideológicas cuya hegemonía, de alguna manera, enorgullece en la misma medida que enceguece y enloquece. Lo muestra el personaje de la obra, que interpreta impecablemente Mariela Brito, aunque deja dudas acerca de su conducta delirante. ¿Es uno de los enajenados que recorren las calles dando voces e incorporando inimaginables identidades? ¿O es un antiguo dirigente administrativo o político que enloqueció al ritmo contradictorio de la sociedad cubana?

En cualquier caso, el personaje se define como un viejo “dirigente”, una de esas figurillas encartonadas del entramado comunista de las últimas seis décadas. Caricaturas de un guiñol proletario (aunque los “dirigentes” llegan a ser influyentes por su poder real), integran un molde del imaginario colectivo que se ha ido tipificando hasta el ridículo mediante la codificación de una manera de vestir, de hablar, de gesticular. Un porciento ostensible de la diversión alrededor del señalado tipo bufonesco procede de su imagen desmesurada, estrafalaria y harapienta: ropa verde olivo, botas raídas, un sombrero en forma de maceta invertida, una máscara dibujada en el rostro ocupado por una cuchara (signo guerrero y de payaso) que le cubre toda la nariz, y un enorme abultamiento abdominal del que salen dos tubos flexibles de albañilería que él asume como micrófonos. Esta construcción grotesca, típica de la estética de El Ciervo Encantado, remeda un pastiche del Sancho quijotizado, el Ubu Rey de Alfred Jarry y cualquiera de los esperpentos que inmortalizó Valle Inclán. Así de enano, monstruoso y magnífico luce este personaje compulsivamente perorante.

El dirigente, en su enajenación, no conversa ante los perplejos espectadores que participan de la asamblea, sino proclama con entonación reconocible pero no identificable un vago discurso, poblado de onomatopeyas y consignas absurdas sobre diversos desafíos sociales. El exaltado aire tribunicio de los agitadores que intentan elevar el espíritu de las masas hacia la falsa idea de una victoria segura, pretendía un impacto propagandístico, pero solo consiguió la hilaridad de los asistentes. El discurso vacuo proferido desde la típica tarima de los actos de reafirmación revolucionaria, rodeada de carteles con lemas en consonancia con su percepción ideologizada del mundo, produce a cada segundo un nuevo contraste con la más simple realidad que todos advierten menos el enfermizo orador.  

A pesar del atractivo formal y simbólico, el performance no descansa sobre el personaje, fruto de la indagación constante en la cultura cubana, una característica de esta compañía que durante veinte años ha protagonizado la vanguardia teatral de su país. El centro constructivo de la propuesta aprovecha la estructura ideal de la ritualidad revolucionaria. Dicha estructura comprende una presentación algo grandilocuente que enmarca el suceso, un discurso de orientación impartido por quien preside el evento, la actuación calculada de algunos participantes y termina con una votación por lo regular unánime de acuerdos o resultados previsibles. A ello, el espectáculo agregó la exhibición de Taller de Línea y 18, un brillante documental censurado durante décadas como su realizador Nicolás Guillén Landrián, fallecido en Miami tras 14 años de exilio. Los dos bloques dividen el espectáculo en zonas independientes y de alta calidad en sí mismas. La parte cinematográfica y la segunda teatral son afines a los actos sindicales. Además, la obra audiovisual sirve de preámbulo estético, cuasi verídico, a la ficción escénica y a una interacción posterior.

Después de la delirante alocución del dirigente, los espectadores desarrollan la dinámica participativa entre comentarios y alguna consigna tardía. El dirigente introduce a supuestos compañeros que piden la palabra a ambos lados de la pasarela formada por los asientos. Serán los mismos espectadores seleccionados al azar, y a quienes se le concede el extraño privilegio de leer sendos parlamentos escritos con el carácter obcecado del monólogo principal. Cada participante enfatizó e interpretó “su” texto con libertad, sin entender donde terminaba la invitación y comenzaba la imposición. El resto del público sumó sonrisas, risotadas, aplausos y vítores hasta crear el ambiente de aquella reunión real y satírica.

El cierre de la asamblea es un desfile en solitario con música altisonante que recuerda varios himnos de dudoso sentido patriótico. La parodia expresionista y surreal alcanza en este cuadro una carga emocional sorprendente dentro de una cultura saturada de marchas y concentraciones políticas. Era la preparación para el último cuadro. Al regresar a la tarima, el personaje geriátrico y psiquiátrico se congela en la posición arrebatadora a la cual ha recurrido muchas veces. Y en ese momento, con el puño levantado, comienza un proceso sutil de apagamiento al consumirse en su propia reafirmación. La imagen coincide con un paulatino descenso de la luz, recurso poco significativo hasta entonces. Por un segundo, y después de una hora, el juego actoral de ritmos, volúmenes y pausas, el diálogo entre múltiples discursos culturales y el aprovechamiento del tiempo dramático que somete el tiempo físico, revelan la madurez, coherencia y multilateralidad semántica de Triunfadela que, al terminar su derrotero dramatúrgico, todavía provoca en numerosos espectadores a sensación de que aquella divertida reunión artística pudo haber sido mucho más extensa.

lunes, 7 de diciembre de 2015

El Ciervo Encantado presenta ‘Triunfadela’


El Ciervo Encantado llega desde La Habana para presentar a Mariela Brito en Triunfadela, un análisis del comportamiento del cubano en los últimos 50 años que cuestiona la retórica oficial del progreso y la victoria, a partir de la investigación del discurso que se difunde a través de los principales medios periodísticos del país y las tensiones que se establecen entre dicho discurso y la realidad.

La obra se presentará en el Centro Cultural Español de Miami el jueves 10 de diciembre a las 7 p.m. Forma parte del programa CUBAAHORA: the next generation, una muestra de la creación artística actual de la isla organizada por el propio centro con la colaboración de las Embajadas de España en La Habana y Washington.

“Desde la escena se busca confrontar el sentido común del espectador y activar un espacio de debate en torno al presente nacional donde todos los cubanos seamos protagonistas”, explicó a el Nuevo Herald desde La Habana la directora y autora Nelda Castillo, fundadora de la compañía, en 1996, tras afirmar que en Cuba son urgentes los espacios de reflexión y acción en torno a temas medulares que afectan a la mayoría y que necesitan soluciones apremiantes”.


“El teatro debe ser uno de esos espacios vitales donde público y creadores reflexionen y tomen conciencia de la responsabilidad que tenemos todos en torno al destino de nuestro país. Y ese es el sentido y la misión de El Ciervo Encantado en estos casi 20 años de trabajo”, añadió Castillo.

A lo largo de su trayectoria la compañía se ha caracterizado por el marcado interés en el entrenamiento actoral a través de profundos procesos de investigación. Sus puestas en escena han estado marcadas por el empleo de fuentes históricas y artísticas que remiten al aquí y el ahora del cubano.

Los textos de José Martí, Esteban Borrero, Fernando Ortiz, Virgilio Piñera, José Lezama Lima, Severo Sarduy y Guillermo Cabrera Infante figuran entre los referentes.
En el caso de Triunfadela la incorporación del documental Taller de Línea y 18 (1971), de Nicolás Guillén Landrián (Camagüey, 1938 - Miami, 2003) adquiere una nueva dimensión.


“Para mí ha sido una constante investigar la obra de artistas nacionales injustamente olvidados o censurados, como Guillén Landrián, una de esas figuras imprescindibles de nuestra cultura, cuyo trabajo tiene una vigencia impresionante, ya que confronta al cubano de hoy con un devenir en el que discurso y realidad han permanecido en fuerte contradicción”, destacó la directora.

La obra de Guillén Landrián fue censurada en Cuba por su contenido controversial y años después reinvidicada por las nuevas generaciones de cineastas cubanos.

Por su desempeño en Triunfadela, la actriz Mariela Brito fue reconocida en Nueva York con el premio HOLA 2015, en la categoría de Espectáculo Unipersonal.

El atuendo de la actriz está inspirado en la obra El vendedor de periódicos, de la artista plástica cubana Antonia Eiriz (1929-1995).

Centro Cultural Español. 1490 Biscayne Blvd. Jueves 10 de diciembre, 8 p.m. Función única. Entrada gratuita. Informes: 305-448-9677 o www.ccemiami.org.

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martes, 1 de diciembre de 2015

Cubalandia en la Bienal de Teatro de la Universidad de Sao Paulo

Resultado do atual processo de reorganização da economia cubana, irrompe no âmbito nacional, de maneira festiva e alvissareira, a figura da “cuentapropista” – a “empresária por conta própria”, isto é, a empreendedora.

Yara, a Chinesa, tem três licenças e todos os apoios: uma foto de Fidel e Raúl e um índio contra o mau-olhado. Yara oferece excursões nas duas moedas circulantes em Cuba e, em cada proposta, alerta sobre as estratégias de recuperação do que for gasto. Viajar com ela para a Varadero, Viñales, Trinidad ou Santiago de Cuba é sempre um investimento. Sua proposta é sempre única, perfeita – uma pechincha. Para ilustrar seus itinerários escolhe um mapa fragmentado da ilha: seu negócio é o próprio país e seus clientes potenciais são os próprios cubanos, gente comum, o que constitui um pungente e irônico jogo com uma realidade onde a possibilidade de tirar férias é uma impossibilidade para a grande maioria, vítima da dualidade monetária e dos magros salários.

O grupo teatral El Ciervo Encantado foi fundado em Havana, Cuba, em 1996, a partir de uma experiência pedagógica intensa e sui generis desenvolvida pela atriz e diretora Nelda Castillo no Instituto Superior de Arte de Cuba.

Desde então o grupo tem produzido um fecundo trabalho artístico a partir –
de processos profundos de investigação, que propiciaram a criação de uma linguagem própria, caracterizada por marcado interesse pelo domínio de treinamento atoral singular que lhe permite alcançar um modo particular de expressão teatral.

Destacam-se suas explorações no universo conceitual da encenação e a utilização de fontes literárias, históricas, plásticas, musicais e da dança, no sentido de uma linguagem artística nova e questionadora da realidade atual. Neste sentido, são significativas as pesquisas a partir de autores como Severo Sarduy, Guillermo Cabrera Infante, Fernando Ortiz, ou José Marti, entre outros. Além disso, o grupo, cuja vocação experimental está dirigida à exploração da identidade cultural cubana em toda sua complexidade e riqueza, desenvolve a vertente das performances e intervenções públicas.

Perseguir esse cervo inapreensível que constitui a identidade de uma cultura em constante metamorfose, dá sentido à vida desta curiosa criatura teatral.

Cubalândia propõe um olhar descarnado e sem enfeites na direção de uma caricatura da Cuba de hoje. Sua criação introduz uma série de questões sobre o sujeito e sua relação com o meio. A atriz caminha por um fio de navalha. Vender um país é, sem dúvida, um ato desesperado de sobrevivência.

Espetáculo CUBALÂNDIA
País CUBA
Quando 02 e 03 DE DEZ 2015
Horário 21H30
Local SP Escola de Teatro - Sede Roosevelt
Endereço Pç. Roosevelt, 210 - Centro - 11 3775.8600
Duração 80 MIN
Lotação 80 LUGARES
Classificação 18 ANOS
 
Atuação e Performance em Cena Mariela Brito Desenho de Produção El Ciervo Encantado (Telão, obra Dupla Moeda, do artista plástico Lázaro Saavedra) Assistência Técnica Jaime Gómez Triana Produção El Ciervo Encantado Direção Geral Nelda Castillo

viernes, 2 de octubre de 2015

Cuba – quo vadis? Kubanische Künstler in Zeiten der Veränderung

Akademie-Gespräch [und…]
Cuba – quo vadis? Kubanische Künstler in Zeiten der Veränderung

Peter B. Schumann und Jeanine Meerapfel im Gespräch mit Nelda Castillo, Elizabeth Mirabal, Fernando Pérez und Julio César Pérez Hernández Montag, 05. Oktober 2015, 20 Uhr, Akademie der Künste, Pariser Platz
Das auf Deutsch und Spanisch geführte Gespräch wird simultan übersetzt.
Seit die USA und Kuba vereinbart haben, ihre diplomatischen Beziehungen zu normalisieren, ist ein Prozess gesellschaftlicher Veränderungen zu erwarten. Wie leben Künstler in solchen Zeiten? Wie beeinflusst sie die unstete politische Situation, und wie können sie mit ihrer Arbeit auf die Gesellschaft einwirken?
Ab 18 Uhr und nach dem Akademie-Gespräch sind im Foyer und im Clubraum Videoausschnitte der Arbeiten von Nelda Castillo, Elizabeth Mirabal, Fernando Pérez und Julio César Pérez Hernández zu sehen.
Es diskutieren:
Nelda Castillo, Theaterregisseurin und Schauspielerin, geb. 1953 in Cárdenas, Leiterin des Theaterensembles El Ciervo Encantado
Elizabeth Mirabal, Schriftstellerin, geb. 1986 in Havanna, 2014 ausgezeichnet mit dem Verbum Spanish-American Novel Award für ihren Debütroman La Isla de las Mujeres Tristes (The Island of the Sad Women)
Fernando Pérez, Filmemacher, geb. 1944 in Havanna, einer der international bedeutendsten Filmemacher Kubas (La vida es silbar / Das Leben, ein Pfeifen, 1998; Suite Habana, 2003)
Julio César Pérez Hernández, Architekt und Stadtplaner, Architekturdozent, geb. 1957 in Havanna, unter anderem an der Rekonstruktion und urbanen Entwicklung Havannas beteiligt
Jeanine Meerapfel, Präsidentin der Akademie der Künste
Peter B. Schumann, Publizist, Lateinamerika-Experte (Moderation)

Für Rückfragen und weitere Informationen zu den Teilnehmern:
Bettina C. Huber, Akademie der Künste, Tel. 030 200 57-1525, huber@adk.de
Veranstaltungsdaten
2. Akademie-Gespräch [und...]. Cuba – quo vadis? Kubanische Künstler in Zeiten der Veränderung
5. Oktober 2015, 20 Uhr (Montag)
Akademie der Künste, Pariser Platz 4, 10117 Berlin
Eintritt 5 Euro / ermäßigt 3 Euro, bis 18 Jahre frei
Pressekarten unter Tel. 030 200 57-1514, presse@adk.de

viernes, 18 de septiembre de 2015

FilteBahia 2015 - Triufadela el Ciervo Encantado

SINOPSE. Triunfadela é uma performance em cena que, conectada com as mais recentes obras de El Ciervo Encantado, apresenta uma análise desses imaginários e comportamentos que singularizam a existência do cubano a partir da década de 60 até o presente momento.O olhar se concentra sobre a resposta psicossocial frente a retórica oficial do progresso e da vitória. Busca-se confrontar o sentido comum do espectador e suas reações a temas polêmicos. Triunfadela visa ativar um espaço de debate sobre o presente nacional em diálogo com o público, bem como continuar a aprofundar o desenvolvimento de poética peculiar, baseada na experimentação em torno do trabalho do ator que é baseado em uma análise contínua do ser cubano. Um personagem atordoado chega a uma praça pública onde terminou de acontecer um ato político.

EL CIERVO ENCANTADO foi fundado em Havana em 1996, a partir de uma intensa experiência pedagógica desenvolvida pela atriz e diretora Nelda Castillo no Instituto Superior de Arte de Cuba. Desde então o grupo tem traçado um percurso artístico frutífero a partir de profundos processos de investigação que se desenvolveram na criação de uma linguagem própria, caracterizada por um acentuado interesse no treinamento singular do ator que permite chegar a um modo particular de expressão teatral. O grupo, cuja vocação experimental está dirigida a explorar a identidade cultural cubana em toda sua riqueza e complexidade, desenvolve trabalhos na linha da performance e intervenções públicas.

FICHA TÉCNICA. Em cena: Mariela Brito (Atriz), Nicolás Guillen Landrián (Artista Patafísico convidado com o documentário Taller de Línea y 18, Público assistente. Dramaturgia, seleção musical e desenho: Nelda Castilho) Asistencia Técnica: Ernesto Manuel López Direção: Nelda Castillo Produção: El Ciervo Encantado.

Tomado de:  http://www.aldeianago.com.br/teatro/eventdetail/119111/44/filtebahia-2015-triufadela-el-ciervo-encantado

miércoles, 29 de julio de 2015

Premio HOLA para Mariela Brito por Triunfadela



La Organización Hispana de Actores Latinos, HOLA por sus siglas en inglés, dio a conocer la pasada semana sus Premios 2014-2015 a la Excelencia en Teatro. La actriz Mariela Brito integrante de El Ciervo Encantado se alzó con uno de los galardones en la categoría Unipersonal. El premio le fue otorgado por su interpretación en el Triunfadela, que fue visto en la ciudad de Nueva York durante Festival de Teatro Hispano del Comisionado Dominicano de Cultura en los Estados Unidos. 

La Organización Hispana de Actores Latinosreconoce cada año lo más sobresalientedel trabajo de directores, dramaturgos y actores latinos presentes en la cartelera neoyorquinay sus premios no son el resultado de una competencia sino de la intención de jerarquizar los trabajos más notables presentados durante una temporada. 

De igual manera se entregan cada año varios premios honoríficos los cuales recayeron esta vez en los actores Benicio del Toro, Selenis Leyva, Andrea Navedo, Marisa Ramirez y Alexander Dinelaris. 

Los premios serán entregados el 12 de octubre en elBatteryGardens, localizado en el paseo marítimo con vista al puerto de Nueva York en Battery Park.

martes, 14 de julio de 2015

'Triunfadela': el tonto de la tribuna



Por Esther María Hernández
Fuente:  www.diariodecuba.com

Con el resplandor del Hudson, visible desde la esquina, la tarde lluviosa prometía componerse: la calle 145 de Harlem se iluminó desde el oeste y nos permitió encontrar el lugar. La sala del Comisionado Dominicano de Cultura en Nueva York comparte local con una congregación pentecostal, cuyo cartel lumínico corta en perpendicular la acera y detiene al paseante con una promesa de salvación en rojo sobre fondo blanco. "¿Será aquí?", nos preguntamos. "Dios les bendiga", responde el hombre que abre desde adentro la puerta de vidrio. Habremos anotado mal el número, o la sala estará en otro piso. Cualquier cosa es posible en estos edificios viejos. "¿Vienen al teatro…? ¡Adelante, bienvenidos!"

He visto espectáculos de El Ciervo Encantado en muchos locales diferentes, y subo las escaleras al segundo piso aventurando hipótesis sobre lo que podrá ser este cruce entre la estética subversiva de la compañía y la circunspección de un templo evangélico. Pero estamos en Nueva York y los fieles son dominicanos: las fronteras se desdibujan, lo esperable puede llegar a ser su contrario. En la escalera aparece el primer indicio: pedazos desiguales de cartón me revelan de qué manera oscura y por cuánto tiempo permanecen conmigo frases que creía sepultadas: "¡Aquí no se rinde nadie!", "Convertiremos el revés en victoria", "El futuro pertenece por entero…". Los carteles improvisados no cuelgan de las paredes ni descansan en los escalones; los espectadores no tendrán otro remedio que pisotearlos para acceder a la sala. Antes —ayer, hace veinte años o veinte minutos— "ondearon aguerridos", ahora son un estorbo. Para mí, funcionan como migas de pan para la memoria.

Cuando la sala se apaga regresan los carteles. Un corto en video, Materia prima, del joven realizador Sergio Fernández Borrás, los muestra en su entorno natural: la madrugada que antecede al desfile del Primero de Mayo. Las consignas saltan del papel al reguetón, las fotos se agitan a ritmo de conga. La vigilia entusiasta y combativa se exalta ante la cámara —¿los filman? ¡pues a mostrar fervor se ha dicho!— y la noche se llena de "vivas" a cuanto nombre quepa en el santoral patriótico, y de "abajos" a cuanto enemigo pasado o presente venga a mano. Carteles, carteles y más carteles. Consignas y altavoces, intensidad de enardecedores profesionales que deben mantener despierto al personal, mostrarle al mundo que aquí sí que no. De 25 minutos de pachanga combativa, apenas cinco muestran el desfile —hay que pasar de prisa frente a la tribuna, los alaridos pertenecen a la fase de calentamiento nocturno, lo importante ahora es irse a casa, recuperar el resto del día feriado—. Los tres, quizás dos últimos minutos, se concentran en el paisaje después de la batalla: banderitas de papel pisoteadas, pancartas abandonadas, un hombre que mira a la cámara de soslayo mientras trata de recuperar un pedazo de cartón. Materia prima.

Comienza entonces el otro desfile, la concentración más literal: el espíritu de la masa se hace cuerpo en La Bola, que entra al espacio a contratiempo de una marcha, tan marcialmente como le es posible. Un balde invertido con cuchara adosada le cubre cabeza y nariz, en un amago de yelmo que le divide en dos la cara. La capa es de polietileno raído, los ojos desorbitados. Caballero enajenado, superhéroe de pacotilla. Bajo el brazo, un fajo de papeles. De la barriga descomunal despuntan dos cables que terminan en tuercas: apéndices de mutante, imagen de micrófonos incorporados al orador como antenas de insecto. Busca el podio, se yergue y da inicio a su triunfadela con el ímpetu de quien entona perennemente cantos de júbilo y ha tomado apenas un receso, una breve pausa para acomodarse la capa o ajustar los micrófonos.

Mariela Brito es precisa y provocadora: gestos mínimos y esenciales, una estudiada máscara facial y un trabajo de voz y enunciación que revelan la intensidad de la búsqueda actoral de El Ciervo…, se unen a un control total de la energía de la sala. Nada se le escapa a La Bola.

Varios locos del folclor habanero me vinieron a la mente durante el discurso de La Bola: un ciego joven y rollizo de ojos azules que llevaba casco de constructor y, desde el primer asiento de cualquier guagua que lo llevara a recorrer la ciudad, hacía comentarios de actualidad; un negro alto y flaco lleno de medallas en el pecho de la camisa hecha jirones —probablemente un veterano de Angola— que invocaba a Maceo y Máximo Gómez y se ponía a disposición de quien le diera la orden de atacar al enemigo imperialista; el rubito joven que manejaba un ómnibus imaginario por 23, de La Pelota a Rancho Luna, y disfrutaba las tardes de lluvia que le garantizaban público para sus declaraciones en contra del Gobierno. Los transeúntes no tenían muchas opciones: escuchaban riendo con disimulo sus arriesgados desvaríos, asumiendo una complicidad no por fortuita menos complicada, o se empapaban.

Una ciudad de locos discurseros, augures o fanfarrones, aterrados o aterradores. Charlatanes alucinados e irremediablemente políticos. Como La Bola, cuyo escenario mental transcurre entre la concentración y la asamblea, y cuyo repertorio verbal se compone exclusivamente de frases extraídas de la prensa. A medias entre locutor de noticiero y secretario local del sindicato, desgrana consignas en tono agorero y heroico, canta la apoteosis de la victoria con trompetas celebratorias intercaladas: "pom po rom pon pom pom…".

Nelda Castillo ha creado la dramaturgia de la performance a partir de textos reales de la prensa cubana, desde la década del 60 hasta la actualidad. Ni una sola línea ha sido creada: todo es cita, reproducción, resonancia. Lo escrito para ser leído, repetido e interiorizado con fervor y credulidad de idólatras —consuetudinariamente ignorado o sometido a burla por cinco décadas— se articula en la enunciación de una voz que le confiere su peso real: el delirio de un lunático. La solemnidad revela, en la voz de La Bola, su naturaleza demencial.

La arenga se extiende entonces al cónclave cuando de su fajo de papeles extrae diversos informes que serán leídos por "compañeros" del público. "Elegidos democráticamente por el pueblo" porque "aquí todos tienen voz y voto", los improvisados delegados al magno evento dan lectura al reporte de cada comisión: economía ("Se asegura una inminente cosecha histórica de cacao. Avanza el rescate del limón…"); educación y ciencia ("Tenemos a los científicos trabajando infatigablemente en la búsqueda de bacterias. Y tal es la consagración de este sector ejemplar que se disponen a comprobar la efectividad de sus productos farmacéuticos sobre sí mismos, e incluso sobre sus familiares"); y cultura, deporte y recreación ("Podemos decir que nuestro país celebra un huracán de actividades, donde calidad y diversidad marcan la diferencia (…) hoy nuestro movimiento deportivo se mantiene como una potencia, sin renunciar a hacer del deporte un derecho del pueblo").

Por último, un representante de la tercera edad da lectura —autocríticamente, no faltaba más— a los errores que el proceso ha generado: el descuido de la flora y la fauna, las ilegalidades de la vivienda, la sobreproducción de clavos y el respeto al orador. Emocionada, La Bola somete a votación el compromiso de "erradicar de raíz de una vez y por todas estos errores y tendencias negativas".

Sin otra alternativa que entrar en el juego, ritual dentro del ritual, los espectadores reproducen el ritornelo de la triunfadela: todos a favor, nadie en contra, nadie se abstiene. La Bola está feliz y convoca a marchar "como un mar de pueblo" antes de abandonar el espacio en busca del próximo podio y a los acordes de otra marcha.

La eucaristía se revela unánime y liberadora. El misterio evangélico y el absurdo cubano se tocan y se reconocen. Los espectadores dominicanos aplauden a rabiar y los referentes cubanísimos de El Ciervo Encantado se encuentran con Macbeth. No puedo imaginar una recompensa mejor a la devoción y el talento de estas mujeres y sus colaboradores.

El teatro regresa al teatro. Desde sus micrófonos improvisados y la desmesura de sus ojos, La Bola insiste en su pom po rom pon pon: el cuento narrado por el idiota con el que Shakespeare compara la vida. El ruido y la furia.

Vínculo: http://bit.ly/1MrBpe1